una idea sencilla

por Alberto Jaura

la violencia que sí ejerce el estado

Las sociedades tecno-industriales contemporáneas son, en cierto sentido, mucho menos cruentas y menos violentas que las sociedades de otras épocas y lugares. Eso parece mostrar la evidencia, como explica Jorge San Miguel en Politikon. En las sociedades industrializadas hay menos violencia privada, las guerras ocasionan porcentualmente menos bajas (aunque más en términos absolutos, porque hay más población), e incluso las personas son mucho más sensibles al sufrimiento ajeno.

En las sociedades tecno-industriales modernas, la capacidad de utilizar la violencia está concentrada casi exclusivamente en los estados (institución que en otras sociedades no existe como la entendemos ahora). En todo caso raramente ejercen la violencia directamente, sino que funcionan más bien bajo la amenaza de su uso. La que ejercen es en su mayor parte detenciones y encarcelamientos, es decir, privaciones de libertad. Otras formas de lo que podríamos llamar violencia, como el cobro de sanciones económicas o de impuestos o la imposición de leyes, en realidad sólo son posibles por la amenaza de detención y encarcelamiento. [1] Pero incluso la detención y encarcelamiento son formas bastante sutiles de violencia, porque se sustentan en la amenaza creíble del uso de la violencia contra los detenidos y los presos que intenten escapar, que en la práctica raramente se aplica. Los estados modernos sólo ejercen la violencia de forma directa en pocos casos: cuando aplican la pena de muerte (en los pocos estados modernos donde sigue vigente) y en forma de violencia arbitraria, como la brutalidad policial, que con todo lo condenable que pueda ser sólo supone una porción minúscula de lo que hacen los estados.

Los estados regulan muchísimos aspectos de las sociedades tecno-industriales modernas, sustentadas en esta amenaza de uso de la fuerza, en la práctica casi nunca cumplida, para asegurar el cumplimiento de las leyes. Podríamos decir que las sociedades tecno-industriales son más humanas, menos cruentas, menos violentas, y también más dóciles, más sumisas, más reglamentadas, más dependientes de la organización centralizada de una entidad como un estado.

Sería interesante contabilizar las personas encerradas forzosamente (en cárceles, comisarías, psiquiátricos, colegios…) en las sociedades tecno-industriales modernas y compararlas con las cifras de sociedades de otros tiempos o lugares. Sospecho que descubriríamos que las sociedades modernas encierran a mucha más gente que otras sociedades (en términos relativos), aunque probablemente lo hagan en condiciones mucho más humanas, menos humillantes. Incluso en la educación está mal visto pegar a los niños, sin embargo seguimos recluyéndoles en colegios y en casa.

Además, hay otro tipo de violencia que creo que es más habitual en las sociedades tecno-industriales modernas, el exterminio sistemático de grandes masas de población con medios no bélicos, esto es, el genocidio y el democidio. Hay motivos para pensar que estos son menos habituales en otras sociedades, básicamente porque requieren de los modernos conocimientos de logística, contabilidad, tecnología del transporte, de telecomunicaciones, etc. Habría que ver qué dicen los datos. Incluso en la guerra parece que se prefiere el confinamiento y exterminio del enemigo antes que su aniquilación en un enfrentamiento militar directo.

 

OTROSÍ DIGO: No pretendo.convencer a nadie de la superioridad de las sociedades antiguas (más violentas, menos dóciles) sobre las modernas. Pero no está de más llamar la atención sobre las defensas simplistas del progreso que sólo se fijan en unas pocas variables. La suposición de que todo tiempo pasado fue mejor es tan ingenua como la que de que el presente y el futuro sólo pueden ser mejor que el pasado.

 

 

[1] Los encarcelamientos, multas e impuestos y la obligación forzosa de cumplir leyes externas son formas de violencia, aun cuando puedan estar justificadas. Creo que no hace falta ser anarquista para reconocer esto.

acerca del agotamiento de la energía proveniente del petróleo

Hace mucho que los peak-oilers auguran desastrosas consecuencias de la llegada del cénit y posterior agotamiento del petróleo. Una objeción posible es que la subida de precios que provocaría tal evento haría más rentable la inversión en nuevas tecnologías, como nuevas formas de extracción o nuevas fuentes de energía, que sustituirían al petróleo. [1] Por tanto, no cabe esperar consecuencias demasiado graves de la llegada del cénit. De hecho, esta objeción describe bien lo que ha ocurrido en los últimos años.

Fuente: The Oil Drum. Obsérvese que la gráfica representa sólo el petróleo crudo, no todos los líquidos del petróleo.

Gráfica 1. Producción mundial de petróleo crudo. Fuente: The Oil Drum.

La producción global de petróleo dejó de crecer en 2005, y se mantuvo en una meseta hasta 2010 [gráfica 1]. Esto provocó una subida paulatina del precio del barril, que coincidió con el incremento de los precios de los alimentos de 2007, que fue el comienzo de la crisis económica en curso. Tras una violenta sacudida con el desequilibrio financiero del 2008, desde 2009 se estabilizó en torno a 100$ (en comparación con los 30$ de antes de 2005) [gráfica 2].

https://en.wikipedia.org/wiki/Price_of_petroleum#mediaviewer/File:Brent_Spot_monthly.svg

Gráfica 2. Precio del barril de Brent. Fuente: Wikipedia.

Desde el inicio de la crisis, creció en Estados Unidos la inversión en la extracción de petróleo y gas por fractura hidráulica (fracking en inglés) [gráfica 3], una tecnología costosa que con los precios actuales se ha vuelto rentable. En pocos años EEUU vio un crecimiento increíble en la producción del crudo, gracias al petróleo ligero de roca compacta (light tight oil en inglés). El gas natural bajó de precio gracias al gas pizarra o gas de esquistos bituminosos (shale gas en inglés), que también se extrae por fractura hidráulica. Esta explosión del shale ha llevado a muchos a rechazar la idea del cénit del petróleo. [2]

http://www.economist.com/blogs/graphicdetail/2013/03/focus-0?fsrc=rss

Gráfica 3. Producción de petróleo crudo en EEUU. Fuente: The Economist, con datos de BP.

La fractura hidráulica no es ninguna innovación tecnológica. Su primer uso comercial data de 1949, y aunque desde entonces ha mejorado la tecnología, no me consta que haya habido ningún progreso particular en esta técnica que haya propulsado su uso actual. La tecnología es la misma que se usaba antes de 2005 de forma muy marginal debido a sus altos costes, no sólo en capital y trabajo, sino también energéticos.

Por cada unidad de energía invertida en extraer petróleo de roca compacta se obtienen poco más de 10 unidades de energía. Equivalentemente, se dice que el petróleo de roca compacta tiene una tasa de retorno energético (TRE, en inglés energy return on energy investedEREOI o EROI) de algo más de 10. [3] Este dato puede parecer poco preocupante, puesto que se trata de una rentabilidad mayor del 1.000%, pero hay que tener en cuenta que la tasa de retorno del petróleo estaba entre 11 y 18 poco antes de 2005, en torno a 30 en los 50 y en torno a 100 en los primeros yacimientos de EEUU. [4]

La historia de las arenas bituminosas o asfálticas de Canadá es muy parecida. Son un recurso muy abundante y que necesita un procesamiento complejo para poder ser utilizado como petróleo. También se trata de una tecnología conocida con anterioridad, muy costosa, que sólo se ha vuelto rentable cuando el barril ha superado los 100$. Por cada unidad de energía invertida en extraer arenas bituminosas, casi ningún estudio calcula que se obtengan más de 10 unidades de energía, y algunos calculan menos de 5.

Si se observan los datos del informe World Energy Outlook 2012 de la Agencia internacional de la energía, se ve que en 2011 la producción total de líquidos del petróleo [5] ya creció [gráfica 4]. (El subterfugio de usar barras oculta la meseta de producción de entre 2005 y 2010, que se ve en la gráfica 1.) Sin embargo la producción de petróleo crudo (las tres franjas inferiores) ya bajó y se estima que seguirá haciéndolo. Las franjas amarilla y roja son los petróleos no convencionales, entre los que se incluyen el petróleo de roca compacta y el crudo sintético de las arenas bituminosas, que parece que serán la mayor contribución al crecimiento de la producción en los años venideros.

http://crashoil.blogspot.com.es/2012/11/espuela-del-weo-2012-la-aie-reconoce-el.html

Gráfica 4. Las barras hasta 2011 son datos, las siguientes son proyecciones. Fuente: World Energy Outlook 2012, de la Agencia Internacional de la Energía, a través de Antonio Turiel.

Si el precio del petróleo crece nuevamente, es posible que se exploten también los yacimientos árticos y los de aguas profundas, ambos de complicada extracción y TRE por debajo de 5. Las diversas técnicas de extracción están muy estudiadas y las mejoras tecnológicas ya dan rendimientos decrecientes, así que no cabe esperar que ninguna de estas cifras se incremente mucho en el futuro.

Estos petróleos no convencionales son una alternativa más de tantas que existen, porque existen, muchas, y la mayoría apenas se han desarrollado. Tenemos los líquidos del gas natural, que ya están sustituyendo en algunas funciones al petróleo. Hay una larga lista que incluye el carbón licuefactado, los biocombustibles, y la electricidad generada con energías renovables, y todas ellas tienen en común un escaso rendimiento energético. Tienen casi sin excepción una TRE por debajo de 10, y aquellas que superan esta cifra tienen otros impedimentos que los hacen inaplicables en la práctica.

Pero éste no es un problema tecnológico sino una circunstancia. La presencia de hidrocarburos en el subsuelo, que pueden llegar a contener una cantidad de energía química de hasta 100 veces la energía que necesita un ser humano para extraerlos, es un evento excepcional. Todo apunta a que no va a poder reproducirse a medio plazo con otras fuentes, y menos con energías renovables.

No pretendo explayarme en todas las alternativas porque cada una de ellas da para varias enciclopedias. Pretendo llamar la atención sobre el hecho de que estamos dependiendo de petróleo y de alternativas al petróleo con una TRE cada vez menor, es decir, cada vez necesitaremos invertir más energía para poder consumir la misma energía. Los petróleos no convencionales de los que cada vez vamos a depender más, no van a permitirnos recuperar los niveles de consumo de energía petrolífera de antes de 2005.

Por tanto, la cuestión verdaderamente preocupante no es tanto el pico de la producción (en volumen) de petróleo, sino el decrecimiento constante de la tasa de retorno. En resumen, aunque por el momento no hay escasez de petróleo, sin embargo sí que hay escasez de energía proveniente del petróleo.

Con todo lo dicho, mientras el carbón, el gas natural y el uranio no hayan llegado a sus picos de producción, aún habrá margen para aumentar el consumo de energía, a pesar de que parece que sus picos también vendrán en menos de un par de décadas. Las cifras pueden bailar mucho, así que por mi parte no me lo creeré hasta que lo vea. No sé qué va a pasar. Cualquier cambio tecnológico que pueda cambiar un mínimo las perspectivas debería estar disponible comercialmente en muy pocos años.

De cada cuestión de este tema salen infinitas ramificaciones apasionantes, pero por desgracia no puedo abarcarlas todas en un sólo artículo. No paro de encontrar nuevas piezas del puzzle que, sin embargo, sólo sirven para recomponer una pequeña parte del total; es tremendamente difícil tener todos los datos relevantes, interpretarlos bien y entender lo que está pasando. Los mecanismos de simulación de un cerebro humano como el mío no son capaces de modelizar bien sistemas tan complejos como la sociedad industrial contemporánea.

Lo único que me parece claro es que cada vez obtendremos energía de forma más ineficiente. Como estoy bastante seguro de que las sociedades humanas existen en el mundo material y por tanto se rigen por los principios de la física, deduzco que una menor capacidad para generar energía no puede ser un detalle trivial, sino que debe reflejase de manera importante en el funcionamiento de las  sociedades.

***

[1] Véase, por ejemplo, la opinión de Mauricio José Schwartz.

[2] Podría poner decenas de ejemplos, pero véase por ejemplo la opinión de David de Ugarte y la expresada en los dos artículos que cita.

[3] Antonio Turiel estima la TRE del petróleo de roca compacta en 12.

[4] Las cifras de las TRE las saco de esta revisión de 2011 de la Universidad de Siracusa.

[5] Los líquidos del petróleo incluyen el petróleo crudo propiamente dicho y diversos sustitutos, como los líquidos del gas natural, los biocombustibles y el crudo sintético de las arenas bituminosas (que técnicamente no es petróleo).

cuatro ideas sencillas

Uno sólo pretende formarse una opinión sobre cómo debería organizarse la sociedad, y madre, la que se arma. A veces me dan ganas de mandarlo todo a la mierda y olvidarme del tema. Pero es mi culpa, porque sigo buscando ese sistema de pensamiento totalizador y cerrado (estúpidos humanos, creen que tienen todas las respuestas), y cada dos por tres el edificio se me cae y tengo que revisar los cimientos. Así es normal acabar quemado. Siempre queda alguna pregunta cuya única respuesta posible es la fe, pero yo no valgo para creer. Maldita obsesión por decir siempre la última palabra (¡ah, la inagotable repetitividad de Occidente!).

Al final, se ponga el nombre que se les ponga, estoy defendiendo las mismas cuatro ideas sencillas desde hace mucho, matiz aquí o allá. Son más o menos las siguientes, sin espacio para ser muy detallado o exhaustivo:

  1. El ideal ético que me sirve como referencia es el de una sociedad humana sin gobierno, donde cada ser humano pueda desarrollarse según sus propias preferencias, sin interferir en la capacidad de los demás individuos de hacer lo mismo. Esto conlleva un mutismo respecto a esas preferencias, es decir, no se espera que todos los individuos sean buenos, o solidarios, o trabajadores, o ateos, o abstemios, o lo que sea. [1]
  2. Es posible aproximarse a este ideal en las sociedades humanas realmente existentes de diversas formas: La descentralización del poder político hasta la mínima unidad territorial posible, que es el municipio, es decir, el más pequeño territorio habitado ininterrumpidamente por seres humanos. Los municipios pueden confederarse libremente, siempre manteniendo su soberanía, para alcanzar economías de escala donde sea conveniente. [2] La pérdida del carácter nacional de los estados, de manera que se convierten en instituciones administrativas, sin el carácter identitario de los actuales estados-nación. La desterritorialización de las leyes, en los campos en que sea factible, de manera que, en la medida de lo posible, haya una diversidad de sistemas políticos o jurídicos que coexistan en un mismo territorio. [3]
  3. Hay reformas concretas que se pueden aplicar en las sociedades occidentales contemporáneas, que van en la dirección de disminuir el papel del estado y entregar sus funciones a la sociedad civil. Es menester legalizar los crímenes sin víctima, entre los que se incluyen el consumo y comercio de estupefacientes, y minimizar las regulaciones en todos los ámbitos. La educación, la sanidad y otras actividades del estado deben desestatalizarse, entregándose a cooperativas de consumidores o trabajadores. El estado de bienestar puede ser sustituido por un sistema de bonos, a través del cual el estado subvenciona ciertos servicios básicos como la sanidad, la educación, la vivienda o la asistencia jurídica sólo a aquellos que no puedan permitírselos. Los diversos subsidios y pensiones se pueden sustituir con una renta básica universal. Los ingresos del estado pueden extraerse principalmente de un impuesto sobre la tierra.
  4. Se puede transformar la sociedad empezando desde el propio entorno, construyendo asociaciones que avancen el tipo de sociedad que se promulga y que permanezcan al margen de los estados, en forma de cooperativas y otro tipo de proyectos autogestionados. Este tipo de asociaciones, en el corto y medio plazo, pueden transformar la realidad inmediata de acuerdo a las preferencias personales propias, y a largo plazo, pueden ser la base de una nueva sociedad construida «sobre la cáscara de la vieja». [4]

Sobre estos cuatro temas son admisibles todas las variaciones posibles y una cantidad infinita de matices que vayan rizando el rizo e hilando el hilo todo lo que se quiera.

 

Notas: estas notas son, en realidad, una recopilación de referencias e ideas afines que sirven para ejemplificar algunos de los puntos anteriores.

[1] El concepto de plurarquía,y la utopía de utopías de Robert Nozick.

[2] La democracia concejil tradicional reivindicada por Félix Rodrigo Mora, el federalismo de Proudhon y de Pi i Margall, el pananarquismo y pansecesionismo de Keith Preston, y la Rebelión Cantonal de 1873.

[3] La ley y la seguridad en el mutualismo clásico, el libertarianismo de David Friedman, y la panarquía.

[4] El agorismo, el movimiento de las cooperativas integrales, el concepto de filé, los conceptos de micropolítica y microrresistencia en Luis Diego Fernández, y las invitaciones a hacer comunidades rurales intencionales de Félix Rodrigo Mora y de los nacional-anarquistas.

También publicado en mutualismo.org.

qué es el anacionalismo

Hay mucha confusión en torno al significado del nacionalismo. Lo que caracteriza al nacionalismo, a la ideología y movimiento político que existe desde mediados del siglo XIX en el mundo occidental y que ha sido llamado nacionalismo, no es el sentimiento de pertenencia a una nación. Eso ya existía de antes, así que no puede ser característico del nacionalismo. Lo que verdaderamente lo caracteriza, lo que lo diferencia de otras ideologías o movimientos políticos, es la creencia en que a una nación le debe corresponder una unidad política, en particular, un estado. Por supuesto, un estado-nación, depositario de la soberanía nacional y que por tanto representa legítimamente a la nación.

Es interesante cómo esto parece evidente al ciudadano contemporáneo de un país occidental. Lo es desde luego para el independentista catalán cuyo principal argumento a favor de la independencia de Cataluña es que Cataluña es una nación. Y también para el criptonacionalista español cuyo principal argumento en contra de la independencia de Cataluña es que Cataluña no es una nación, y España sin embargo sí. Los siguientes pasos del argumento, que nos llevarían a la conclusión de que Cataluña debería o no tener un estado, se pasan por alto.

Pero esto no es evidente en absoluto. Sin meterme en detalles históricos, sobre los cuales no conozco lo suficiente, antes de aproximadamente el siglo XVIII no existía esa correlación entre naciones y estados. No había estados-nación modernos y las unidades políticas no se arrogaban en general la representación de una cultura. Para la mayoría de las personas, saberse miembro de tal nación no implicaba una reivindicación política.

Voy a definir lo que yo concibo como anacionalismo, que suscribo, como una negación del nacionalismo, tal y como lo acabo de explicar. El anacionalismo es la idea de que los estados deben perder su carácter nacional. Es decir, los estados no deben tener banderas, ni himnos, ni otros símbolos que puedan entenderse como nacionales, ni deben tener lengua oficial. Deben eliminar de su constitución y sus leyes las referencias a la nación, y en particular deben sustituir el concepto de soberanía nacional por otro más neutro como el de soberanía popular. Deben prohibir el uso de banderas y demás simbología nacional en sus edificios y restringir el uso de autoidentificaciones nacionales por parte de los cargos públicos cuando se expresen como tales. La nacionalidad debe sustituirse por la ciudadanía, de manera que ser ciudadano de un estado no pueda interpretarse como ser miembro de alguna nación. La ciudadanía debe concederse a los que de facto habitan en la jurisdicción del estado y en principio a nadie que no habite en ella.* Usando una comparación, el anacionalismo propone separar el estado de la nación como el liberalismo propone separar el estado de la religión. Los estados así se tornan instituciones meramente administrativas sin ningún carácter identitario.

El anacionalismo supone una posición neutra tanto frente a los movimientos independentistas, como el catalán o el escocés, como frente a los movimientos de unificación nacional, como el irlandés o, a su manera, la Unión Europea. Ello quiere decir que el anacionalismo por sí solo no puede dar argumentos a favor ni en contra de un movimiento independentista o de unificación nacional concreto.

El anacionalismo no es necesariamente anarquista, aunque creo que todo anarquismo debe ser anacionalista. Tal y como lo propongo, el anacionalismo es una idea simple y poderosa, que se traduce en propuestas muy concretas y que puede ser adoptada ya mismo por gente de muy diversas ideologías. Vayamos a por ello.

* Compárese con el caso de Israel, que concede la ciudadanía a todo judío que la solicite aún cuando no haya vivido nunca en Israel. En contraste, ser ciudadano del Reino Unido no dice nada sobre la nacionalidad, que puede ser inglesa, galesa, escocesa o norirlandesa.

de fines ideológicos y fines personales (tejiendo ideas)

El Colectivo de Ex-Trabajadores (¿o Ex-Colectivo de Trabajadores?) CrimethInc reflexiona sobre la ideología y propone una función alternativa para la teoría en relación con la acción:

Perhaps resisting ideology means attempting to do without binary distinctions and assessments. Rather than taking positions for or against broad categories—“student organizing,” “reformism,” “violence,” even “ideology”—we could see each of these as composed of conflicting currents and tendencies. In this view, the role of theory is not to endorse or condemn, but to study this nuanced interplay of forces in order to inform strategic action.

En castellano (traducción propia):

Quizá resistirse a la ideología signifique tratar de prescindir de distinciones y valoraciones binarias. En lugar de tomar una postura a favor o en contra de categorías amplias—»movimiento estudiantil», «reformismo», «violencia», incluso «ideología»—podríamos ver las mismas como compuestas de corrientes y tendencias en conflicto. Desde este punto de vista, el papel de la teoría no es el de aprobar o condenar, sino el de estudiar este sutil juego de fuerzas para guiar la acción estratégica.

CrimethInc, a través de Joaquín L.P.

Estas frases no dejan de recordarme las vueltas que daban los situacionistas en torno a la relación entre la teoría y la praxis, sobre las que escribía hace tiempo [el link al artículo está roto]:

[Guy Debord, un referente situacionista] pretende conciliar la aparente contradicción entre la teoría y la praxis marxista. Contrastando las ideas de Bakunin y de Marx, llega a la conclusión de que la teoría revolucionaria – la teoría que explica por qué la revolución es posible y necesaria – y la praxis revolucionaria son inseparables, y se verifican mutuamente.

No es ninguna sorpresa encontrar influencias situacionistas en CrimethInc, que la Wikipedia describe como anarquista de post-izquierda, y por tanto influenciada por el situacionismo.

Muchos años después de Debord, David de Ugarte hablaría de la relación entre la estrategia y la capacidad de imaginar un futuro, para llegar a unas conclusiones sorprendentes sobre la praxis. Así lo explica Alan Furth (la negrita es mía):

El mensaje central del libro [«Los Futuros que Vienen», de David de Ugarte] es que esa capacidad para imaginar un futuro liberador para la humanidad entera que tanto añora Graeber y que fue tan progresivo en los albores de la era industrial, no tiene cabida como fuerza movilizadora en un mundo que se organiza crecientemente bajo la lógica de las redes distribuídas. Y es que esa noción de futuro es parte de un ideario universalista producto del nacimiento del estado nación, que le sirve de sustento ideológico tanto como la burocracia, que tan acertadamente critica Graeber, le sirve de base organizacional.

(…)

La única noción de futuro compatible con los que han dejado de creer en los fantasmas del universalismo es comunitaria: un futuro particular, para las pocas y verdaderamente importantes personas con nombre y apellido con las que construimos nuestra cotidianidad. Una noción de futuro basada en comunidades reales.

(…)

Paradójicamente, el enfocar nuestras energías en crear un futuro alentador para nuestras comunidades reales en el contexto de mercados cada vez más interconectados y liberados, nos da una base mucho más racional para creer que ese modelo comunitario se esparza eventualmente por el mundo como un virus de la abundancia; una especie de “efecto mano invisible” en el que el interés propio deja de ser tan estrecho como el del tradicional homo oeconomicus, pero se ensancha solo en la medida que sensatamente cabe esperar dados los límites de nuestra naturaleza emocional y cognitiva para crear lazos de genuina fraternindad (…)

Alan Furth, Sobre El Tiempo, el Cambio Tecnológico, Píldoras Rojas y Leyendas Urbanas

Para Ugarte, en el mundo de las redes distribuidas no existe una distinción relevante entre los fines ideológicos y los fines personales. Construir un mundo mejor empieza por construirlo para nosotros mismos y para nuestro entorno particular, es decir, la comunidad real de gente a la que queremos y con la que interactuamos regularmente.

Esto me lleva al agorismo, esa corriente del anarcocapitalismo que pretende destruir los estados ignorando sus leyes. El agorismo es en parte una repetición de un construccionismo que se remonta al socialismo premarxista, incluyendo el mutualismo, que pretende crear una sociedad nueva construyendo instituciones que paulatinamente sustituyan a las actualmente existentes.

Aquí recaemos en el mismo tema, cuando me esfuerzo en construir un futuro para mí mismo y mi entorno, también me esfuerzo por cambiar el mundo. No hay diferencia entre mis objetivos políticos y mi crecimiento personal.

Charles Johnson explica magistralmente en este vídeo en qué consiste el agorismo, y lo conecta con esta idea:

A partir del minuto 8:14, Charles nos dice:

One of the important apects of countereconomics (…) is that it’s a way of providing people outlets for political actions where your self interest is directly tied up with the means that you use to accomplish your politiccal goals (…)

En castellano (traducción propia):

Un aspecto importante de la contraeconomía (…) es que es una manera de proporcionar a la gente de formas de acción política en las que tu propio interés está directamente ligado a los medios que utilizas para realizar tus objetivos políticos (…)

gora España

Esta estampa nos dejaban el domingo los demócratas de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) en la manifestación contra la anulación de la Doctrina Parot.

Así son estos ejemplares ciudadanos, defensores de la democracia (salvo para los vascos), del estado de derecho (salvo para los etarras), del imperio de la ley (salvo para las sentencias del tribunal de Estrasburgo), de la libertad de expresión (salvo para los que no piensan como ellos), y sobre todo contrarios a la violencia (salvo que la ejerza el Estado). ¡Gora España!

sprint final (Anarquismo Individualista)

Sólo faltan unos días para que termine la campaña de crowdfunding para financiar el primer número de la revista Anarquismo Individualista (la revista para la gente rara).

Es la última oportunidad para hacer una aportación económica, o para proponer artículos, traducciones, ilustraciones u otros contenidos para el primer número.

El anarquismo individualista ha sido históricamente una corriente, aunque minoritaria, con cierta presencia en el mundo de habla castellana, tanto en España como en Hispanoamérica. La revista, además de promover el anarquismo individualista, pretende sacar del olvido esta aportación histórica. Animaos a colaborar, ¡el proyecto lo merece!