qué es el anacionalismo
por albertojaura
Hay mucha confusión en torno al significado del nacionalismo. Lo que caracteriza al nacionalismo, a la ideología y movimiento político que existe desde mediados del siglo XIX en el mundo occidental y que ha sido llamado nacionalismo, no es el sentimiento de pertenencia a una nación. Eso ya existía de antes, así que no puede ser característico del nacionalismo. Lo que verdaderamente lo caracteriza, lo que lo diferencia de otras ideologías o movimientos políticos, es la creencia en que a una nación le debe corresponder una unidad política, en particular, un estado. Por supuesto, un estado-nación, depositario de la soberanía nacional y que por tanto representa legítimamente a la nación.
Es interesante cómo esto parece evidente al ciudadano contemporáneo de un país occidental. Lo es desde luego para el independentista catalán cuyo principal argumento a favor de la independencia de Cataluña es que Cataluña es una nación. Y también para el criptonacionalista español cuyo principal argumento en contra de la independencia de Cataluña es que Cataluña no es una nación, y España sin embargo sí. Los siguientes pasos del argumento, que nos llevarían a la conclusión de que Cataluña debería o no tener un estado, se pasan por alto.
Pero esto no es evidente en absoluto. Sin meterme en detalles históricos, sobre los cuales no conozco lo suficiente, antes de aproximadamente el siglo XVIII no existía esa correlación entre naciones y estados. No había estados-nación modernos y las unidades políticas no se arrogaban en general la representación de una cultura. Para la mayoría de las personas, saberse miembro de tal nación no implicaba una reivindicación política.
Voy a definir lo que yo concibo como anacionalismo, que suscribo, como una negación del nacionalismo, tal y como lo acabo de explicar. El anacionalismo es la idea de que los estados deben perder su carácter nacional. Es decir, los estados no deben tener banderas, ni himnos, ni otros símbolos que puedan entenderse como nacionales, ni deben tener lengua oficial. Deben eliminar de su constitución y sus leyes las referencias a la nación, y en particular deben sustituir el concepto de soberanía nacional por otro más neutro como el de soberanía popular. Deben prohibir el uso de banderas y demás simbología nacional en sus edificios y restringir el uso de autoidentificaciones nacionales por parte de los cargos públicos cuando se expresen como tales. La nacionalidad debe sustituirse por la ciudadanía, de manera que ser ciudadano de un estado no pueda interpretarse como ser miembro de alguna nación. La ciudadanía debe concederse a los que de facto habitan en la jurisdicción del estado y en principio a nadie que no habite en ella.* Usando una comparación, el anacionalismo propone separar el estado de la nación como el liberalismo propone separar el estado de la religión. Los estados así se tornan instituciones meramente administrativas sin ningún carácter identitario.
El anacionalismo supone una posición neutra tanto frente a los movimientos independentistas, como el catalán o el escocés, como frente a los movimientos de unificación nacional, como el irlandés o, a su manera, la Unión Europea. Ello quiere decir que el anacionalismo por sí solo no puede dar argumentos a favor ni en contra de un movimiento independentista o de unificación nacional concreto.
El anacionalismo no es necesariamente anarquista, aunque creo que todo anarquismo debe ser anacionalista. Tal y como lo propongo, el anacionalismo es una idea simple y poderosa, que se traduce en propuestas muy concretas y que puede ser adoptada ya mismo por gente de muy diversas ideologías. Vayamos a por ello.
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Si, enunciando la necesidad de sustituir el principio de nacionalidad por el ciudadanía e impulsando reformas legales (por ejemplo en la cuestión idiomática) llevamos unos cuantos años :-)
Nuestra experiencia: solo se consigue compromiso por parte del entorno (más allá de la comprensión de la idea) cuando en la comunidad del interlocutor hay experiencia de transnacionalidad y estructuras transnacionales en lo económico o la vida cotidiana.
¿Y cómo empezamos a crear experiencia transnacional y transnacionalidad la gente de a pie?
[…] siempre manteniendo su soberanía, para alcanzar economías de escala donde sea conveniente. [2] La pérdida del carácter nacional de los estados, de manera que se convierten en instituciones administrativas, sin el carácter identitario de los […]
Lo de muerto el perro se acabó la rabia, realmente no funcionó nunca, lo siento xD.
El único modelo histórico que ha funcionado “bien” es el suízo, que no niega en absoluto sus nacionalidades (cuatro, grosso modo), sino, el punto clave, las territorializa. No de forma homogénea: hay cantones mixtos y hasta “trixtos” (población germanófona, romachófona e italianófona), pero claramente hay una identificación territorial entre identidad nacional y territorio.
El estado lo que tiene es que acoger a todas las culturas en su seno, no negarlas o fingir que no existen, aunque tu propuesta no sea exactamente esta, viene a ser lo mismo. No se pueden diluir, es otra forma más retorcida pero igual de conflicitva de buscar una homogeneidad que no existe. Un ecosistema tiene piezas claramente separadas, a nadie se le ocurre decir que un bosque no existe (que es mucho más que los árboles, se supone que todo el mundo sabe que simplemente no podría existir sin ciertos hongos y los himenópteros, por citar dos cosas cualquiera), ni tampoco tiene sentido decir “el ecosistema ese compuesto por [enumeración]” o “el de allí”.
Es que si la bandera es de todos, no tiene sentido que se la apropien algunos. El problema es si la bandera ha sido alguna vez de todos.
Gracias por tu comentario. No me expresado bien, o no me has entendido correctamente, mi idea no es negar las naciones, me remito a la respuesta que he dado a Toño más abajo.
Quizá no quedo claro, pero cuando hablo de prohibir o restringir el uso de simbologia nacional, me refiero estrictamente al ámbito del estado. En la vida privada de los ciudadanos, no estoy de acuerdo en que se restrinja el uso de banderas y demás. Cada ciudadano/a debe poder identificarse como quiera y expresarlo públicamente.
Por poner un ejemplo más concreto, no me parece justo que en una región con tantas lenguas y etnias como Crimea, el estado use la lengua y la bandera de sólo una de ellas (la ucraniana, ahora parece que la rusa).
Precisamente creo que Suiza y Estados Unidos son los dos ejemplos reales más cercanos a un estado anacional, por lo que sé. Creo que estamos más de acuerdo de lo que ha podido parecer en principio.
¿Es posible que lo que propongas sea un estado plurinacional?
Algunos vamos un poco más allá: lo que va haciendo falta es la unión de los estados individuales, para ir creando una sociedad cosmopolita. No queremos ni naciones ni naciones de naciones http://www.delbarrio.eu/2006/01/ni-naciones-ni-naciones-de-naciones.htm E incluso hablamos esperanto ;-)
Gracias por tu comentario. Tengo simpatía por el esperanto, porque pretende ser un lenguaje auxiliar culturalmente neutro. Sin embargo no entiendo la ambición de formar una sociedad cosmopolita en la que, parece, las diferencias culturales se difuminan.
Las naciones (al igual que los grupos étnicos) son conceptos vagos como señalas en tu entrada, pero no dejan de ser conceptos. Todo individuo se socializa en una cultura concreta, en general compartida con mucha más gente, y la identificación con esa cultura es un fenómeno frecuente. Se puede llamar nación, grupo étnico, civilización o como se quiera. Mi concepción de anacionalismo no pretende eliminar esto, sólo sacarlo de la esfera política: personas con diferentes identidades nacionales o étnicas deberían poder convivir sin conflicto en las mismas unidades políticas.